Permiten además instalar techos móviles o techos de cristal, algo que resulta mucho más sugerente. Técnicamente no ofrece resistencia a ningún tipo de constitución arquitectónica porque se adapta con facilidad incluso a los rincones y esquinas redondeadas. Su instalación es tan sencilla que no requiere reformas, de manera que parecen ser los sistemas más vanguardistas del momento y mejorándose cada vez más para que nadie se prive de disfrutar de una terraza bajo la lluvia o la nieve. Se instalan en sistema panelable que se pliega o superpone, según requiera la zona donde se ubica la cortina de cristal. Atrás quedaron los marcos de aluminio y otros materiales para dejar paso a esta novedosa técnica cuyo protagonista es permitir pasar la luz natural mediante cristales, ampliando así las opciones funcionales de un porche, un balcón o un jardín con cenador, por ejemplo. No encuentran inconveniente para ser instalados en cualquier estancia, incluso del interior para separar ambientes, ampliando así los espacios y dotándoles de una luminosidad durante el día y una sensación integradora con el entorno exterior por la noche.